1.- El León De Nemea
Nemea, una localidad entre Argos y Corinto, estaba siendo destruida por un león monstruoso con una piel que lo protegía de las heridas por metales, piedras o armas de madera. Después de seguir a la fiera hasta un paraje desolado he intentar acabar con ella usando sus armas, Heracles decidió luchar cuerpo a cuerpo y estrangularla usando sus propias manos. Después llevó el cadáver a Micenas, intimidando a Euristeo. Desde entonces no se le permitió entrar en la cuidad y tuvo que esperar las órdenes del rey junto a la muralla. Mientras Euristeo pensaba en su propia seguridad y ordenaba que le hiciesen una vasija de bronce para ocultarse, Heracles desolló al animal y desde entonces siempre llevó su piel sobre los hombros, lo que le hacía invulnerable, mientras la cabeza le servía de casco. Así se le ha representado en innumerables ocasiones.
2.- La Hidra De Lerna
Heracles recibió instrucciones de Euristeo para matar a la Hidra de Lerna, una serpiente acuática que vivía en un pantano cerca de Lerna, junto a Argos, en el Peloponeso. La Hidra tenía nueve cabezas, aunque algunas fuentes aseguran que eran más aún. Era una criatura extremadamente venenosa e incluso su aliento era mortal. Con la ayuda de Atenea, Heracles encontró la guarida del monstruo y empezó a luchar contra él. Cada vez que le cortaba una cabeza, brotaban dos o tres en su lugar. Además Heracles se vio también atacado por un cangrejo o una langosta gigante que Hera había enviado para ayudar a la Hidra. El héroe, acorralado, apeló a su primo Lolaos, que le había conducido hasta Lerna. Mientras Heracles se deshacía de la langosta, Lolaos prendía fuego a varios árboles. Con las ramas encendidas prendía fuego a las heridas causadas por....